Posiblemente hayas escuchado algunas veces las expresiones “inteligencia emocional” o “salud emocional” en diferentes medios de comunicación. Aunque son conceptos que se oyen desde hace varios años, la mayoría de la gente no sabe lo que significan realmente.
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En este artículo voy a hablar de la Salud Emocional, entendida como la integración de la inteligencia emocional y la práctica emocional.
Uno de los aspectos más importantes para tener salud emocional es reconocer las emociones que tenemos en la vida cotidiana. Aunque esto puede parecer sencillo, realmente no lo es. Como generalmente no nos han enseñado en nuestro entorno familiar y cultural a tener salud emocional, lo habitual es caer en el autoengaño y la confusión.
Cuando no reconocemos lo que estamos sintiendo realmente, estamos perdidas/os en medio del caos interno, que tarde o temprano se reflejará como caos en la vida cotidiana.
Cuando reconocemos qué es lo que estamos sintiendo realmente, entonces tenemos la pista que nos lleva a encontrar el camino para salir del laberinto del caos interno y así lograr el equilibrio emocional.
Cuando queremos averiguar qué emociones tenemos en la vida cotidiana o qué emociones tienen los demás, la preguntas claves son: ¿Cómo me siento? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo se sienten?
Las respuestas a estas preguntas suelen ser: bien, mal o “tirando”. Eso indica la poca capacidad que hay en general de expresar lo que realmente sentimos. Por eso, el primer paso para tener salud emocional es detectar qué emociones estamos sintiendo de verdad.
Tenemos 6 emociones básicas: alegría, tristeza, rabia, miedo, asco y sorpresa.
Además de estas emociones básicas, también tenemos otras emociones: apatía, confusión, satisfacción, insatisfacción, entusiasmo, relajación, nerviosismo, amabilidad, ira, confianza, seguridad, timidez, plenitud, pereza, melancolía, tranquilidad, ansiedad,…
¿Cómo logramos el equilibrio? Lo conseguimos a través de 5 prácticas:
- Autoconsciencia: es la capacidad de reconocer nuestras emociones.
- Autorregulación: es la capacidad de manejar nuestras emociones.
- Motivación: es el impulso hacia obtener los logros más allá de las limitaciones que tengamos.
- Empatía: es reconocer las emociones, tanto en una/o misma/o como en los demás.
- Habilidades sociales: es la capacidad para relacionarnos con los demás y reconocer lo que hacen.
Es fundamental que esta información llegue al máximo número de seres humanos para transmitir claridad en el complejo mundo de las emociones. Así que, si tú también lo consideras así, comparte este artículo a través de tus redes sociales.
Ana María López Llana. Psicoterapeuta, Experta en Salud Integral y Presidenta de la Fundación AnamKaral.